viernes, 24 de agosto de 2012

La casa de los gayumbos + ya semos residentes

Hoy viernes teníamos dos citas importantes para rematar una semana de mucho nervio: una visita a otra casa a las nueve, y la cita en el ExpatCenter para todo el papeleo del BSN (el número fiscal y de empadronamiento), a las diez y media. Aunque se supone que ya tenemos lo de la casa resuelto, aún no es seguro y además ya nos daba hasta curiosidad ver un piso más a ver qué nos hemos perdido.

La casa estaba en Bos en Lommer (bosque y sombra), un barrio de los relativamente nuevos al oeste de la ciudad, de camino a Haarlem. Es un barrio bastante majo, lo suficientemente cerca del centro como para ir en bici o andando, pero con edificios de construcción reciente. Como se considera "las afueras" es más barato y las casas suelen estar bien, muchas de ellas se compraron como inversión y al no poder venderse las están alquilando prácticamente nuevas. Ésta en concreto la encontramos asaltando una inmobiliaria de las de tipo Dory y negándonos a abandonarla hasta obtener una cita para visitar. No era muy barato, pero tenía muy buena pinta.

Llegamos antes de tiempo como siempre y estuvimos explorando la calle y el barrio. Está cerca del parque Erasmuspark, pequeño y mono, y frente a una zona deportiva. Mientras esperábamos en la calle, vimos cómo al portal llegaba el agente a la vez que un cliente; pensamos que habrían quedado a menos cuarto y decidimos esperar a la hora, pero llegó otro chico y todos íbamos a ver el mismo piso. Así son las cosas aquí, la inmobiliaria avisa que enseña el piso de 9 a 10 y por ahí desfila todo el que esté interesado. Sigo sin saber cómo se las apaña la gente que trabaja en el mismo horario que las agencias; me imagino que delegan o piden el día libre.

El piso era un primero sin ascensor, para variar, pero las escaleras eran aceptables (cabía el pie entero en el peldaño) y el edificio bonito. El piso en sí estaba bien, pero nada más entrar salió a recibirnos el de la agencia, visiblemente apurado. Se presentó y se disculpó porque el piso estaba "sucio y desordenado", ya que los ocupantes actuales estaban aún preparando su mudanza. Hizo bien en adelantarse porque a partir de ahí vimos cosas en el piso que daban vergüenza ajena, y al menos supimos que dicha vergüenza era compartida. Si el tipo hubiese llegado diez minutos antes que los visitantes, seguro que habría metido todo en un armario y se habría ahorrado el mal trago.

Nuestros poderes de deducción sherlockianos nos hicieron ver que los ocupantes actuales eran dos chicos, estudiantes y jóvenes. Por ejemplo había calzado deportivo impecable y carísimo y cuatro marcas diferentes de desodorante pijo, pero la cocina estaba repugnante, la ropa por el suelo y las camas sin hacer. Uno pensaría que cuando va a entrar alguien y ver tu casa lo mínimo es hacer las camas pero estos tíos claramente no compartían esa flosofía. Ambas camas estaban sin hacer, pero además había restos de comida, ropa sucia, cojines del salón "convertidos" en almohada y olor a ropa sin lavar. Yo cometí el error de abrir la nevera y casi me dan arcadas, en serio. El caso es que era una pena porque el piso estaba realmente bien, si lograbas imaginarlo tras una buena limpieza. Los dormitorios eran grandes, los armarios estaban genial, había una terraza muy bonita que daba a los jardines de detrás, y el salón era enorme. De hecho, nos apuntamos a candidatos, por si falla el Piso Everest, que aquí nunca se sabe.

Para que os hagáis una idea de la diferencia entre lo que uno ve en la web de la inmobiliaria y lo que puede encontrarse en la vida real, aquí va una comparativa de la misma habitación, según la foto "oficial" y la foto que hice hoy con el móvil:

En la web
 En la cruda realidad. Y eso que no podéis olerlo.

Con el dormitorio principal nos quedamos alucinados. El guarro del inquilino había dejado hasta sus calzoncillos como complemento decorativo. A petición de mi marido ("Inés, tienes que poner esto en el blog") ahí va una foto de lo que esta mañana pudo ver todo el que desfiló por la casa:

 Tal cual, los dejó tal cual.
Él cree en el Axe pero con la casa así, 
me da que ni con esas.

A pesar de estas cosas con las que te ríes y horripilas a la vez, de verdad que el piso está muy bien, y como nunca se sabe y apuntarse como candidato no cuesta nada (con esta agencia) nos apuntamos y luego salimos a toda mecha al ExpatCenter.

Al ExpatCenter llegamos antes de hora pero enseguida salió el funcionario que nos habían asignado para el tema del papeleo. Era de Curaçao pero de madre holandesa, muy simpático y fan declarado de Madrid y de Barcelona, donde procura ir cada vez que puede. Nos dijo que bastaba con uno de nosotros porque sólo hay dos confidentes y los críos se iban a aburrir, así que entré yo mientras Ale se quedaba con Javi e Irene en una zona en la que le ponen a los niños películas mientras esperas y les dan material de dibujo (¡!), "porque a los críos la espera y el papeleo se les hacen muy pesados y así pasan un rato agradable", nos dijo. Hemos decidido que si nos falla el piso nos vamos de okupas al ExpatCenter.

El papeleo fue sencillo y rápido. Mucha fotocopia y rellenado de datos pero a la vez nos agilizó muchas cosas, como por ejemplo usar el Libro de Familia en vez de esperar a que nos llegue la partida de matrimonio, o pre-rellenar el cambio de dirección para cuando cambiemos de donde está la ofi a Ámsterdam (donde estará la vivienda) y así ahorrarnos una visita al ayuntamiento. Estuvimos hablando del tema de la crisis, y me comentó que desde hace un tiempo han desfilado muchísimos griegos por el Expatcenter y que él se queda alucinado con lo que le cuentan de sus países; españoles dice que aún no han visto muchos, pero supongo que en parte es porque vamos de cabeza a la Embajada y porque la mayoría ni sabe que este sitio existe. Nos echamos unas risas a cuenta de lo del Rey y sus elefantes (qué triste que se nos conozca fuera por cosas como ésta) y alucinó con Urdangarín (eso aquí sería la caída de la monarquía, decía), y de los suyos me dijo que son unos obsesos de la burocracia y el papeleo y a veces se obsesionan demasiado con esas cosas, y que unos cuantos de sus colegas remolonean a la hora de atender a la gente que va sin cita. No se libran de la corrupción pero no parece que sea a la escala que tenemos nosotros. En general fue muy entretenido. En menos de una hora (ellos habían calculado hora y media) teníamos nuestros cuatro BSN que nos certifican ya como ciudadanos residentes con derechos y deberes, que ya comentaremos más adelante.

De propina, me comprobó que la vivienda que queremos alquilar está efectivamente libre para el registro en el ayuntamiento, me comentó que la agencia sí es de las legales y que las condiciones son un asco pero aquí es así, como indicaba Pelocha en la entrada sobre buscar piso, puedes negarte o exigir que te devuelvan la comisión pero lo hace poca gente porque si tú no quieres habrá mil que sí. También me dijo que lo que sí debía exigir a la inmobiliaria era los papeles traducidos al inglés que para eso cobran y es normal pedirlos. Al menos en el tema del piso me quedé más tranquila. 

Esta vez, como sí íbamos con cita, nos dieron la bolsa-regalo de diseño que contiene el cuadernito de "Tu primer mes" (que ya teníamos), varios folletos informativos, un mapa extenso y detallado de la ciudad, dos llaveros de zuecos de madera naranjas (¡!), y el International Herald Tribune de hoy. No sé si es coincidencia o pasa habitualmente, pero en el IHT venía España en la portada a cuenta de la ocupación de unas fincas en Andalucía por grupos de jornaleros (y en la página 3, la famosa restauración del Cristo que parece ser la noticia del momento allí). Es la segunda vez que vamos por el ExpatCenter y siempre salimos con la sensación de que el sistema funciona, de que esa gente te quiere ayudar y facilitar la adaptación al país, y que todo irá bien.

Después nos acercamos a la oficina de la inmobiliaria a ver si se podía acelerar algo el proceso pero nada de nada, el agente me dijo que por la tarde me mandaba el borrador del contrato y las condiciones. A esas alturas ya llevábamos cinco horas de un lado a otro en bici y decidimos irnos a casa a comer y por la tarde quedarnos por el barrio.

3 comentarios:

  1. Cuanto me alegro por el piso!!!....y que ascazo la guarrería que os encontrasteis con gallumbos incluidos!!....al final el que sigue lo consigue!! Besotes!!

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    1. Al final estas cosas te las tienes que tomar a broma... seguro que te acuerdas de las risas que nos echamos cuando me acompañabas a buscar piso por Madrid :)

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  2. En holanda al revés de españa, encuentras trabajo hay trabajo y no hay casas en holanda y aquí millones de casas vacías y trabajos pocos

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