Siguiendo con la serie de postales y objetos feos, aquí va esta perla que amenaza con terminar ya con la competición al ser probablemente la cosa, idea o proyecto más horripilante de la ciudad: el alienígena con porro a la entrada de una tienda de souvenirs para turistas. Con gorrito y bandolera. Para más delito el acabado elegido es spray bronce cutre, así parece una escultura de metal, pensarían sus dueños. Me va a costar mucho encontrar algo que le llegue a la suela de los alienígenas pies, pero se intentará. Juzgad vosotros mismos:
Lógicamente, al que se le ocurrió la idea, estaba fumao.
ResponderEliminarNo sé, no sé... hace falta tiempo y esfuerzo para llevar a cabo esto...
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