jueves, 2 de agosto de 2012

Día 2: a informarse

Segundo día en Ámsterdam.

Por primera vez en más de un mes pasamos de usar despertador y nos levantamos cuando tocó, que fue temprano igualmente porque a las 6 es ya pleno día ahora en verano. Hoy tocaba ir a buscar información. La sobrina de una amiga de mi suegro estudia aquí, nos la encontramos hace poco y nos comentó que la gente del Consulado de España en Ámsterdam son increíbles y que ayudan un montón, así que para allá nos fuimos. Está en Fredriksplein así que hay que atravesar todo el centro.

Nuestro piso está al norte de la Estación Central, con una buena franja de agua en medio. Como ir por tierra supone un rodeo larguísimo, hay un servicio de transbordadores gratuito cada cinco minutos que hace el trayecto muy rápido y te deja al otro lado con tu bici, moto o carrito de niño. Es muy bonito, ves gaviotas, patos y más bichos, y funciona genial, pero no puedes evitar imaginarte ese trayecto para ir a trabajar en diciembre con el viento congelante mezclado con la humedad como primera sensación de la mañana. El barrio es precioso pero lo del ferry debe tener sus momentos mejores y peores.

Del ferry atraviesas la estación de tren y apareces en la plaza de delante. Todo el mundo que haya venido por aquí la recordará porque seguro que pasas por ahí varias veces estés los días que estés. Es una plaza ajetreadísima, siempre hasta arriba de gente con prisas, puestos de información, mini cafés, tranvías y buses atravesando y un aparcamiento para bicis que hay que verlo para creerlo. Ahora está aún más caótico porque están de obras. El año pasado ya lo estaban y han dividido los andenes de autobús en dos zonas, una a cada lado de la estación, pero este año las obras siguen. Ahora están cubriendo la zona de buses con una marquesina gigantesca en la que se leerá "Amsterdam" (ahora se lee Ams    rdam).

Seguimos hacia la Fredriksplein, que está al lado de donde nos quedamos el año pasado. Nos dio mucha alegría ver que prácticamente todo está igual que hace un año, en el sentido de que hay las mismas tiendas y la misma gente (esto último lo ve Alejandro con su memoria alucinante para las caras; hoy reconoció al argentino que nos alquiló las bicis hace 5 años). En Tenerife, y me imagino que en el resto del país, en los últimos años cada semana cierran algún negocio y como tardes un par de meses en pasar por una ciudad o pueblo te llevas un palo. A mí por lo menos me pasa, sobre todo cuando era un negocio que amueblé o cuyas oficinas distribuí, me da más pena aún. Aquí en Holanda llevamos viendo las mismas tiendas una y otra vez, y lo más chocante es que a veces es un misterio cómo pueden subsistir porque algunas son minúsculas, las ves siempre sin demasiados clientes, y el dueño suele estar al fondo sentado con un libro y pasando de ti, o mejor dicho dejándote a tu aire tras saludarte.

Bueno, sigo. Llegamos al consulado (la embajada está en La Haya). Está en un edificio antiguo muy bonito pero es evidente que no es una de esas embajadas que tienen cuentas millonarias en decoración, recepciones y mantenimiento de jardines. Los muebles están casi al límite de ser de museo. Pero a cambio tienen un personal que es aún más amable de lo que nos habían dicho. En la planta tercera, donde te informan de todo lo del sistema sanitario, los números fiscales, los procedimientos de alquiler y en general de lo que se te ocurra, trabajan dos señoras amables y eficientes a partes iguales. Tras casi una hora de charla salimos encantados y cargados de información útil. Nos dijeron que habíamos tenido suerte porque hoy casi no había habido visitas, cuando lo normal es que por allí desfilen unas veinte personas al día y el teléfono no pare de sonar. Hace unos años solían aparecer entre tres y seis españoles, ahora han subido a una media de dieciocho a veinte y con cómo tenemos el patio allí en España las previsiones son terroríficas. Esta gente trabaja a lo bestia, no dan abasto y a pesar de eso te tratan fenomenal, sin prisas, sin mala leche y con toda la simpatía del mundo.

Como cuando salimos era ya la hora de comer, nos fuimos a zampar un buen plato de fideos japoneses y luego a visitar una de las agencias inmobiliarias que nos habían comentado. El sistema aquí es parecido al de España, pagas por todas partes (alquiler, fianza y un mes más para la agencia) y es muy complicado encontrar piso porque hay mucha demanda, pero comparados con la primera agencia a la que fuimos allá en Tenerife para tratar de vender nuestra casa, no hay color. Cuando  entramos, prácticamente nos dieron de merendar, todo el mundo amabilísimo, nos ofrecieron seguir la conversación en inglés o en español a elegir (una de las agentes es de madre colombiana) y luego nos explicaron todo muy claro y muy bien. Lo de encontrar alquiler a un precio razonable es tan difícil como decían pero bueno, tenemos un mes y además me voy a dedicar a preguntarle a cada residente en Ámsterdam con el que hable, por si va mejor el boca a boca.

Luego, las bicis. Todo el mundo sabe que aquí la bici es obligatoria. Todo el tráfico y la ciudad están pensadas para favorecer a las bicis por encima de los peatones y de los coches. Cuando hemos venido siempre hemos alquilado en el mismo sitio (MacBike), porque te incluyen sin recargo las sillas para los niños y tienen siempre disponibles dichas sillas, así que nos acercamos al de Waterlooplein a pedir dos para estos días. De camino vimos el MacBike ventas, que es un local en el que puedes comprar bicis de segunda mano o accesorios; pero las bicis que tenían eran carísimas. Así que en el propio MacBike le comentamos el tema al chico del mostrador (al que Alejandro reconoció de las dos últimas veces y yo por supuesto veía por primera vez con mi memoria de pez para las caras) y él mismo nos dijo que en el rastro de enfrente, que aún estaba funcionando, había un tipo que vendía bicis tiradas de precio. Allí nos fuimos y efectivamente, están tiradas, lo cual podría ser porque son robadas. Esto es una teoría, pero cuando ves una hilera de bicis y al dueño del puesto cargándose los números de bastidor y las marcas distintivas antes de ponerlas a la venta, sospechas un poco. Bueno, eso y que un conocido mío me dijo que si era barata, lo más probable es que fuese robada. Parece ser que no eres un auténtico amsterdamés hasta que no te han mangado la bici; es el delito más frecuente aquí y en "The Undutchables", un libro de unos ingleses en el que se cachondean de los holandeses, dicen que la forma más fácil de conseguir una bici es ponerte en un cruce cuando están los ciclistas parados esperando el cambio de semáforo y gritar: "Eh, ¡esa es mi bici!" porque seguramente alguien la soltará y saldrá corriendo.

En resumen: hemos decidido comprarlas de segunda mano, lo malo es que con los niños y sobre todo con el carrito eso se complica porque luego hay que cargarlo todo, así que veremos, seguramente iremos a comprarlas por fases. Luego, hay que añadirles el asiento para los niños o un trasportín. Los hay carísimos, pero también se encuentran de segunda mano en anuncios por internet así que miraremos el tema estos días.

Luego dimos una vuelta, pasamos por una plaza con columpios estupenda, y vuelta a casa con el mini ferry, compra en el super y paseo por el barrio. Los chicos se fueron un rato a pegar patadas a un balón en el parque de debajo, que está muy bien e incluye campo de fútbol, estanque con patos y peces, unos columpios y de momento, ningún niño más. En casa nos esperaba ese animal mítico, el mosquito veraniego holandés. Siempre ves alguno, pero hay diferentes tipos y tamaños y el de hoy era especialmente monstruoso. Cuando Alejandro me lo señaló, casi esperé que partiera en dirección a los Andes con un cordero en las garras. Le saqué foto y todo, a ver si la cuelgo para pasmo de los visitantes del blog porque hay que verlo para creerlo. No sé lo que te ocurre si te pica un bicho de esos, me imagino que entras en coma o te quedas como una momia apergaminada. El año pasado me sorprendió que aquí, a pesar de padecer bichos sedientos de sangre y tamaño extra-plus, es muy difícil encontrar repelente para mosquitos. No hay ni eléctricos de ondas, ni de los de bote con líquido para enchufar, ni de los de tipo loción. Supongo que habrá pero busqué por todas partes y nada de nada. Por suerte hemos traído nuestro propio brebaje, a ver si funciona. Curiosamente, esto también pasa en Escocia, creo que a los españoles nos choca, o al menos a mí, porque siempre identificas estos bichos con el calor tropical, pero si vas a un lago escocés en verano más vale que lleves repelente o un traje de apicultor porque van a por ti sin piedad.

Y listo por hoy. Creo que ha sido un día más o menos aprovechado, podría haberlo sido más pero aún arrastramos el cansancio de los dos meses de mudanza y preparación del viaje.

6 comentarios:

  1. Por una vez los empleados públicos no parecemos malos y vagos, menos mal.
    Me ha encantado lo del undutchables y tu memoria de pez al lado de la de Alejandro que a primera vista parece más despistado.
    En Bélgica los mosquitos te atacan también en verano y en otoño, debe de ser cosas de ser europeo de pura cepa jejeje

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  2. Genial la idea del blog y genial la entrada. De este finde no pasa que compre la hucha para ir a Tulipandia. Besos

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  3. Petronio, no olvides que son empleados públicos prácticamente holandeses, jejeje
    Es broma. Hay de todo porque en cambio en la planta baja, donde te apuntas como residente temporal, hay unos seres extraños tras un cristal que evitan todo contacto visual y te ponen cara rara como pidas un trocito de papel para apuntar lo que tienes que llevar cuando vuelvas.

    María José, trataré de seguir anotando cosas. La hucha a lo mejor ni la necesitas porque hay unas ofertazas increíbles entre Madrid y Schiphol y también a Eindhoven. Lo malo será para los que tengan que venir desde Canarias.

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  4. Jaja, yo también soy muy bueno para las caras! Pero no me preguntes por un nombre o numero de teléfono . Un abrazo muy fuerte, un beso te y mucha suerte.

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  5. Cuñao, será algo hereditario. Si mis hijos heredan ese don y mi memoria para nombres, serán poco menos que X-men :)

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  6. Cuñada! Ten cuidado con lo que deseas. JAJA con los hijos es mejor dejarlos a su aire, pero yo ya veo en Diego muchas cosas de Monique y Maia es clavadita al padre, y créeme eso no va a traer nada bueno jaja?
    Por cierto que ya vi las fotos del cumple de mi padre en el puerttito y los niños están monisimo y volviendo con lo de antes mi madre cada ves se parece mas a mi abuela JAJA.

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